Luisa Jaramillo, esposa del exsubdirector comercial de la Lotería de Medellín, defendió públicamente el millonario premio de $664 millones que ganó en mayo y aseguró que todo fue legal. El presidente Petro y otros sectores han puesto en duda la transparencia del caso.
Luisa Jaramillo, esposa del exgerente comercial de la Lotería de Medellín, Rubén Darío Callejas, salió al paso de las críticas tras haber ganado un premio seco de $664 millones de pesos. La polémica surgió porque el boleto fue comprado mientras su esposo ocupaba un alto cargo dentro de la entidad, lo que generó sospechas en la opinión pública y una reacción inmediata del presidente Gustavo Petro.
El sorteo se realizó el 9 de mayo, y según explicó la propia Jaramillo en un video publicado en su cuenta de Instagram —donde acumula más de 31.000 seguidores— el billete fue adquirido de manera regular y el premio no corresponde al mayor, sino a uno de los llamados “secos”. A pesar de la controversia, la mujer fue enfática: “No tengo nada que esconder. Me gané un premio como cualquier colombiano podría hacerlo”.
En medio de la controversia, el presidente Petro escribió en su cuenta de X una crítica contundente: “Qué fácil que la esposa del gerente de la lotería se gane la lotería”. El comentario fue parte de su disputa con el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, al mencionar también supuestos actos de corrupción en otras entidades: “¿Te refieres al robo de la Lotería de Medellín, alcalde? Yo me avergüenzo de haber puesto dizque un compañero, que terminó robándose la UNGRD con la politiquería”.
La situación llevó a Rubén Darío Callejas a presentar su renuncia el pasado 26 de mayo. Frente a las dudas, la Lotería de Medellín aseguró que se activaron todos los protocolos internos de auditoría para verificar que el proceso de compra del billete y el pago del premio se hubieran realizado dentro del marco legal. Para tal fin, se contrató a la empresa Intrust Security, especializada en ciberseguridad, la cual realizó un análisis forense detallado.
La auditoría concluyó que no hubo irregularidades: “No se evidencian anomalías en los procesos que se tienen establecidos. La ejecución del proceso, en su gran mayoría de forma automática y con mínima intervención manual, minimiza la posibilidad de errores”, afirmó el informe. Además, se revisaron 10 horas de grabación de cámaras de seguridad y se descartó cualquier tipo de manipulación o desvío de los elementos del sorteo.
En un comunicado oficial, la Lotería confirmó que el premio fue efectivamente pagado: “Se procedió al pago del premio, conforme a los tiempos y requisitos establecidos en la normatividad vigente para los juegos de suerte y azar en Colombia”. Con esta declaración, buscan cerrar el capítulo, aunque el debate público sigue abierto sobre los conflictos éticos y de confianza que generan estos casos.
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