Desastre Ambiental en Fortul Genera Alerta Nacional
El 29 de mayo de 2025, un atentado con explosivos perpetrado por el ELN contra el oleoducto Bicentenario en la vereda Palmarito, municipio de Fortul, Arauca, provocó un derrame de crudo que contaminó el río Caranal, generando una grave emergencia ambiental. La empresa Cenit, filial de Ecopetrol, activó de inmediato su Plan de Emergencia y Contingencia (PEC) para mitigar el impacto, mientras la Décima Octava Brigada del Ejército Nacional asegura la zona para permitir las labores técnicas. El general Luis Emilio Cardozo, comandante del Ejército, condenó el ataque: “El GAO ELN cometió un crimen atroz contra la vida, las comunidades y la naturaleza”.
El derrame ha afectado ecosistemas frágiles del río Caranal y caños cercanos, poniendo en riesgo a la fauna, la flora y las comunidades que dependen del agua, según Infobae. Cenit recomendó a la población no acercarse al área ni usar el agua del río hasta que se controle la contaminación. Este es el ataque número 13 a oleoductos en 2025, según El Tiempo, y se suma a una serie de acciones violentas del ELN en Arauca, donde también se reportan enfrentamientos recientes con el Ejército y el uso de niños como escudos humanos, según el Ministerio de Defensa en marzo de 2025. Ecopetrol y Cenit rechazaron el atentado, exigiendo el cese de ataques a la infraestructura energética.
La narrativa oficial atribuye toda la responsabilidad al ELN, pero la ausencia de un balance oficial sobre el volumen de crudo derramado y el tiempo de restauración ambiental genera dudas sobre la efectividad de la respuesta. Además, la falta de avances en el diálogo con el ELN, a pesar de los procesos de paz, sugiere que estos ataques podrían ser una estrategia para presionar al gobierno, afectando desproporcionadamente a las comunidades locales y al medioambiente. La región, históricamente disputada por el ELN y disidencias de las FARC, enfrenta un aumento de la violencia que requiere más que medidas de contención: un enfoque integral que aborde las demandas sociales y la seguridad.
Arauca, una zona clave para la industria petrolera, sigue atrapada entre el conflicto armado y la explotación de recursos. Mientras las labores de limpieza continúan, el daño al río Caranal podría tener efectos a largo plazo, afectando la salud y el sustento de las comunidades. ¿Podrán las autoridades mitigar este desastre y prevenir futuros ataques, o seguirá Arauca siendo rehén de la violencia armada?
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