Ángela María Buitrago deja el Ministerio de Justicia tras menos de un año en el cargo, señalando graves injerencias en decisiones internas. Su renuncia se suma a una cadena de salidas críticas en el Gobierno Petro.
La ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, presentó su renuncia irrevocable al presidente Gustavo Petro el pasado 12 de abril de 2025, en una carta que no solo confirmó su retiro del gabinete, sino que también dejó al descubierto una grave denuncia sobre “injerencias” externas dentro de la cartera. Su dimisión será efectiva a partir del 1 de junio de 2025, y marca un nuevo episodio en la crisis ministerial que ha sacudido al gobierno en las últimas semanas.
En la misiva, Buitrago expresó que su decisión fue producto de una “profunda reflexión personal y profesional”, y aunque mantuvo un tono institucional, su mensaje fue directo: no sabía quiénes ni con qué intereses se estaban tomando decisiones en el Ministerio de Justicia, pero dejó claro que no iba a ser cómplice de interferencias que comprometan su independencia. Esta postura se suma a un patrón preocupante: otros funcionarios del alto gobierno también han denunciado presiones e irregularidades, como Luis Carlos Reyes en la Dian y los exdirectivos de la UNGRD, Olmedo López y Snéider Pinilla, protagonistas del más reciente escándalo de corrupción.
Durante su breve paso por el Ministerio, Buitrago enfrentó retos estructurales como el hacinamiento carcelario, un problema humanitario que sigue sin solución pese a los anuncios del Gobierno. Su salida era un rumor recurrente en círculos políticos y jurídicos desde hace meses. Incluso, se llegó a mencionar como reemplazo al abogado Héctor Carvajal, ternado por Petro para la Corte Constitucional, lo que intensificó los debates sobre el rumbo y autonomía de esa cartera.
Buitrago afirmó haber actuado con integridad, independencia y compromiso, dejando entrever que su salida era inevitable ante la presión externa que vivía desde marzo. Su renuncia no es solo una dimisión más: es una señal de alerta sobre el funcionamiento interno del gobierno y las fracturas entre lo que se promete y lo que realmente ocurre en los altos despachos del Ejecutivo. Mientras tanto, el presidente Petro acumula ya dos ministros de Justicia en menos de tres años de gobierno, sin lograr avanzar en las transformaciones estructurales que prometió durante la campaña.
“No sé quiénes y con qué intereses están haciendo y/o tomando estas decisiones, pero prefiero seguir siendo lo que soy, e impartiendo instrucciones como jefe de la cartera con la convicción de que van a servir a materializar la justicia”, escribió Buitrago en su carta.
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