Pese a que solo el 12,7 % de los jóvenes habilitados acudió a las urnas, los partidos tradicionales se impusieron ampliamente en las elecciones de los Consejos de Juventud, marcando un viraje político frente a los resultados de 2021, cuando el voto progresista había sido dominante.
Las elecciones de los Consejos Municipales y Locales de Juventud celebradas el 19 de octubre de 2025 dejaron un resultado que sorprendió a analistas y observadores: los partidos tradicionales dominaron la jornada, consolidando una ventaja significativa frente a las fuerzas progresistas que habían capitalizado el voto joven en 2021. Según la Registraduría Nacional del Estado Civil, de los 11,7 millones de jóvenes habilitados, apenas el 12,7 % acudió a las urnas, lo que equivale a 1,49 millones de votantes, pero los resultados muestran un reacomodo ideológico de las nuevas generaciones. Las listas de partidos y movimientos políticos concentraron 776.533 votos (53,3 % del total), mientras que los movimientos independientes obtuvieron 410.055 votos (28,2 %) y los procesos organizativos juveniles alcanzaron 268.490 (18,4 %).
El Partido Liberal encabezó la votación nacional con 139.227 sufragios, seguido del Conservador (91.597), Centro Democrático (78.630), Cambio Radical (73.326), Alianza Verde (61.227) y Partido de La U (53.826). En contraste, los resultados de la Colombia Humana, con apenas 23.707 votos, muestran un declive considerable del bloque de izquierda juvenil, que cuatro años antes había sido protagonista. El Partido Mira (49.219) y el Nuevo Liberalismo (46.416) incluso duplicaron los resultados de la colectividad petrista, consolidando un mensaje político claro: el voto joven, tradicionalmente visto como progresista, se inclinó hacia posturas más conservadoras y liberales.
El cambio fue particularmente evidente en Bogotá, donde el Centro Democrático fue la lista más votada en 11 de las 20 localidades, incluidas zonas populares como Kennedy y Ciudad Bolívar, que en 2021 habían respaldado mayoritariamente a la Colombia Humana. En esta ocasión, el voto de la juventud capitalina reflejó un giro ideológico sustancial. En ciudades como Medellín y Bucaramanga, los resultados fueron similares, con mayor respaldo hacia las colectividades de derecha y centro. Pese al bajo nivel de participación, el registrador Hernán Penagos destacó el aumento frente a 2021 (cuando apenas votó el 10 % del censo) y celebró la reducción del voto nulo, que pasó del 23 % al 1,98 %, gracias a un rediseño pedagógico del tarjetón.
Desde la Misión de Observación Electoral (MOE), su directora Alejandra Barrios advirtió que aunque hubo avances técnicos, el Estado aún no logra conectar con las nuevas generaciones. “El tema de la participación no es solo responsabilidad de la Registraduría, sino de todo el Estado. En el discurso del Gobierno se habla de juventud e inclusión, pero eso no se reflejó en las urnas”, señaló Barrios. Para la MOE, la falta de articulación institucional, inversión en pedagogía cívica y estrategias de comunicación sostenidas continúa siendo el principal obstáculo para que los Consejos de Juventud se consoliden como espacios reales de representación política juvenil.
En conclusión, los resultados de los Consejos de Juventud de 2025 dejan una fotografía política inesperada: los jóvenes parecen cada vez más inclinados hacia el orden, la estabilidad y los discursos de derecha moderada, mientras que el entusiasmo por los movimientos alternativos y el progresismo se desinfla. Aunque los niveles de abstención siguen siendo preocupantes, el giro ideológico es innegable. Como señaló un analista del Observatorio de Política Juvenil de la Universidad del Rosario, “el voto joven en Colombia ya no es sinónimo de rebeldía progresista, sino de búsqueda de seguridad, meritocracia y oportunidades reales”.
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