La Investigación se Complica por la Ausencia de una Prueba Clave
Gustavo Petro desató controversia al plantear una hipótesis sobre la desaparición del celular del menor de 14 años que disparó contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay el 7 de junio en Bogotá. En un extenso trino, Petro detalló que videos muestran al joven rondando el parque de Modelia durante cuatro horas antes del atentado, llegando en moto, interactuando con personas en una camioneta y usando un celular para solicitar 3,500 pesos a través de Nequi. Sin embargo, el dispositivo, visible en grabaciones de Noticias Uno a las 4:24 p.m., no fue recuperado tras la detención del menor, lo que representa un obstáculo significativo para la investigación. “Es posible que pudo entregar su celular antes del atentado, pero es hipótesis”, afirmó Petro, sugiriendo que una mafia con asiento internacional podría estar detrás del ataque, una teoría que compartió con “indicios fuertes” recibidos por él y líderes de la oposición.
La Fiscalía General, liderada por Luz Adriana Camargo, y la Policía Nacional, bajo el mando del general Carlos Triana, confirmaron que no se halló un celular en el lugar de los hechos ni en poder del menor al momento de su captura. Triana insistió en que esto no detiene las pesquisas, apoyadas por la policía científica y judicial, mientras Camargo reveló que se rastrea el paradero del dispositivo, visible en imágenes previas al atentado. La fiscal desmintió chats que circulan en redes, supuestamente extraídos del celular, que detallan la planificación del crimen, calificándolos como “información falsa” que genera confusión. “Revolvemos cosas ciertas con cosas falsas, y eso no le ayuda a la investigación”, advirtió Camargo. Videos analizados por las autoridades muestran al menor con una cachucha y chaqueta antes del ataque, atuendo que no llevaba al disparar contra Uribe Turbay, lo que refuerza la teoría de Petro sobre una posible entrega previa del celular.
La desaparición del celular, que podría contener información crucial sobre los autores intelectuales del atentado, plantea serias dudas sobre la capacidad del Estado para esclarecer un crimen que ha conmocionado a Colombia. Petro, al vincular el ataque a una mafia internacional, apunta a redes criminales que, según él, buscan desestabilizar el país y fortalecer economías ilícitas. Sin embargo, la falta de pruebas concretas y la desinformación en redes, alimentada por chats falsos, complican el panorama. La investigación, que incluye el análisis de más de 1,000 videos y 23 entrevistas, según la Fiscalía, se desarrolla bajo presión, mientras Uribe Turbay permanece en estado crítico en la Fundación Santa Fe. En un contexto donde la oposición acusa al Gobierno de fomentar la polarización, el caso del celular desaparecido se convierte en un símbolo de las fracturas institucionales y la lucha por la verdad.
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