El reconocido docente e investigador, especializado en conflicto y resolución, fue grabado agrediendo verbalmente a una colega en plena asamblea de la Universidad Nacional. La Procuraduría ya le formuló pliego de cargos por violencia de género.

En una escena que contradice por completo su trayectoria académica, Carlos Medina Gallego, uno de los docentes más visibles de la Universidad Nacional y experto en temas de conflicto armado y procesos de paz, fue grabado en video mientras agredía verbalmente a una colega docente durante una asamblea de catedráticos. Lo que inicialmente era una discusión acalorada, terminó en un episodio de violencia de género que hoy lo tiene enfrentando un pliego de cargos por parte de la Procuraduría General de la Nación.

El hecho ocurrió el pasado 17 de abril de 2025, cuando en medio de una discusión universitaria, Medina se levantó y, con evidente agresividad, se dirigió a su colega mujer diciéndole: “¿Quiere ver qué es violencia de género?”. En la grabación, la mujer, visiblemente alterada, responde: “Pégueme, pégueme, pégueme”, dejando ver la tensión y el nivel de intimidación al que fue sometida. La escena causó alarma no solo por el contexto académico, sino por el hecho de que se trata de un docente que durante años ha defendido públicamente la paz, la convivencia y la reconciliación.

Según la Procuraduría, lo ocurrido no se trata simplemente de una falta de respeto, sino de un acto de violencia de género materializado, cuya gravedad se agrava por el rol público que Medina ejerce. El órgano de control recalcó que, como servidor público, Medina tenía la obligación de actuar con respeto y de ser garante de la dignidad de las mujeres en entornos institucionales: “La conducta sobrevino desde una agresión verbal que, junto con la expresión corporal y gestual, fue evidente para la víctima y los demás asistentes”, señaló el informe.

Este no es el primer episodio en el que Medina Gallego ha sido señalado por comportamientos agresivos. Aunque en ocasiones anteriores se conocieron quejas, ninguna había escalado a procesos disciplinarios formales. Esta vez, sin embargo, el registro audiovisual y la presión pública han llevado a que se tomen acciones. La formulación del pliego de cargos abre la puerta a una eventual sanción disciplinaria que podría derivar en suspensión o inhabilidad para ejercer como docente.

“Lo absolutamente reprochable es que, siendo un experto en procesos de paz y docente de planta de una universidad pública, haya actuado de forma contraria a los principios que predica, en perjuicio de una colega y frente a toda una comunidad académica”, concluyó el Ministerio Público.