El programa Jóvenes en Paz, promovido por el Gobierno Petro como una estrategia para prevenir la violencia juvenil, enfrenta serios cuestionamientos en Puerto Tejada, Cauca.
A pesar de los esfuerzos por resocializar a jóvenes inmersos en pandillas, líderes sociales denuncian que algunos beneficiarios han continuado cometiendo delitos mientras reciben los subsidios económicos del programa.
En un municipio marcado por la violencia, con 92 homicidios en menos de dos años, los habitantes describen un ambiente de miedo. Las pandillas han dividido el territorio mediante “fronteras invisibles”, donde cruzar de un barrio a otro puede significar la muerte. Según las autoridades locales, más de 40 bandas delincuenciales operan en Puerto Tejada, siendo responsables de robos, extorsiones y asesinatos que afectan principalmente a los más jóvenes.
El programa inició con 480 jóvenes, pero actualmente cuenta con 425, según la alcaldesa Luz Adiela Salazar. Sin embargo, las denuncias señalan que algunos beneficiarios han usado los recursos del programa para financiar actividades delictivas, como la compra de armas.
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