El rifirrafe entre el presidente Gustavo Petro y el diputado Hugo Perlaza dejó en suspenso la cofinanciación del Tren de Cercanías del Valle, una de las obras más esperadas por la región. El mandatario respondió con insultos a un video del presidente de la Asamblea Departamental, mientras gremios y líderes locales exigen claridad sobre el futuro del proyecto.

El futuro del Tren de Cercanías del Valle del Cauca, una de las promesas más ambiciosas de infraestructura regional, quedó envuelto en un nuevo enfrentamiento político. Todo comenzó con un video del diputado Hugo Perlaza, presidente de la Asamblea Departamental del Valle e integrante del Partido de la U, en el que, durante una reunión pública, aseguró que el trabajo de la gobernadora Dilian Francisca Toro ha sido destacable pese a la falta de respaldo del presidente Gustavo Petro. En tono irónico, Perlaza afirmó que el mandatario “se mantiene con exceso de café y sal”, acompañando la frase con un gesto que fue interpretado como una insinuación sobre el posible consumo de sustancias.

La reacción del presidente Petro fue inmediata y agresiva. Desde su cuenta oficial en X (antes Twitter), respondió: “Con exceso de café y sal quise hacer un tren para las ciudades del Valle junto a Cali, pero les da motivo de burla”. En otro mensaje, agregó: “Se puede ayudar a una dirigencia que quiere el favor del Gobierno, pero su aberrante adicción a la antidemocracia no la deja actuar en favor del pueblo”. Sus palabras encendieron la controversia y abrieron un debate que va mucho más allá de lo personal, al poner en duda la continuidad de uno de los proyectos más importantes para el desarrollo del suroccidente colombiano.

Consultado por Blu Radio, Perlaza negó que su comentario buscara ofender al mandatario y aseguró que el presidente está utilizando el episodio como excusa para incumplir los compromisos con el Valle del Cauca. “Eso fue un movimiento espontáneo. No me consta que él tenga alguna adicción, pero el tema de la cafeína lo dijo su propio ex canciller. Con el trino del presidente, nos deja la incertidumbre de si va a cumplir o no, porque se supone que los recursos para el tren ya estaban autorizados”, explicó el diputado.

El intercambio de acusaciones ha generado preocupación entre empresarios, dirigentes regionales y expertos en movilidad. El Comité Intergremial y Empresarial del Valle del Cauca, encabezado por Juan Manuel Sanclemente, pidió al presidente Petro una respuesta clara sobre el futuro del proyecto. “Intentamos interpretar la postura del Gobierno Nacional, pero exhortamos al presidente a que le diga formalmente a la ciudadanía si mantiene su compromiso con la cofinanciación y aprobación técnica y fiscal del Tren de Cercanías, que es vital para la región”, expresó Sanclemente.

El Tren de Cercanías es considerado la columna vertebral del plan de movilidad del Valle. Su diseño contempla la conexión entre Jamundí, Cali, Yumbo y Palmira, con una capacidad estimada de 128.000 pasajeros diarios solo en el tramo Jamundí–Cali, y una cobertura total que beneficiaría a 2,5 millones de habitantes. Desde 2017, el proyecto ha sido gestionado por la Gobernación del Valle y los municipios involucrados, con un acuerdo previo que establecía que la Nación financiaría el 70% de la obra, mientras el 30% restante correría por cuenta de los entes territoriales.

Sin embargo, tras las declaraciones del presidente, el panorama se tornó incierto. La posibilidad de que el Gobierno Nacional retire su respaldo económico ha encendido las alarmas entre los sectores productivos, que ven en este tren no solo una solución al caos vial, sino una oportunidad de crecimiento sostenible y competitividad regional.

Para varios analistas, el conflicto refleja una tendencia del actual Gobierno a politizar los proyectos de infraestructura y a confrontar a los líderes regionales en lugar de trabajar con ellos. La tensión con Hugo Perlaza se suma a una serie de desencuentros entre el presidente Petro y la gobernadora Dilian Francisca Toro, quien en repetidas ocasiones ha denunciado la falta de ejecución del Gobierno Nacional en el Valle del Cauca.

Mientras tanto, el proyecto ferroviario que prometía modernizar la movilidad del suroccidente colombiano sigue detenido en medio de los egos políticos, la desconfianza institucional y la incertidumbre sobre si el presidente cumplirá —o no— su palabra con el Valle del Cauca.