Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, afirmó que no está segura de si el expresidente Donald Trump ha leído la carta enviada por el presidente Gustavo Petro el pasado 23 de junio. La misiva busca bajar la tensión diplomática generada por acusaciones previas contra el secretario de Estado, Marco Rubio.
Durante una rueda de prensa realizada este lunes, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue consultada por un corresponsal colombiano sobre una carta enviada por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, al expresidente estadounidense Donald Trump. En su respuesta, la funcionaria señaló: “No estoy segura si el presidente (Trump) ha visto esa carta, pero puedo consultarlo con él en el Consejo de Seguridad Nacional”, sin ofrecer mayores detalles.
La carta, con fecha del 23 de junio, se conoció públicamente horas antes de la rueda de prensa. En ella, el mandatario colombiano hace un llamado a la reflexión y la moderación, luego del escándalo suscitado por sus anteriores declaraciones, en las que responsabilizaba al secretario de Estado Marco Rubio de estar detrás de un supuesto plan para derrocarlo. “Como representantes electos de nuestros pueblos, compartimos la responsabilidad de cuidar las palabras y los gestos, particularmente en tiempos de agitación y desinformación”, escribió Petro en la misiva.
Estas declaraciones surgen después de que el presidente Petro asegurara haber conocido audios en los que el exministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, mencionaba encuentros con congresistas republicanos estadounidenses para promover un supuesto golpe contra el Gobierno colombiano. La controversia escaló rápidamente, desencadenando llamados a consulta de embajadores y rumores sobre el posible retiro de visas a funcionarios colombianos.
En medio de este contexto, las tensiones entre ambos países se han profundizado. Desde la Casa Blanca se ha evitado confirmar la recepción o lectura oficial de la carta, lo cual mantiene la incertidumbre diplomática. Mientras tanto, la saliente canciller Laura Sarabia ha intentado mediar desde Europa, pero el resto del gabinete, incluido el propio presidente Petro, ha mantenido posturas críticas frente al gobierno estadounidense.
Por su parte, el congresista republicano Carlos A. Giménez calificó al presidente Petro como “el matón narcoterrorista socialista que vive en la Casa de Nariño”, a lo que respondió el exembajador Armando Benedetti con una acusación de incitación al golpe de Estado por parte del legislador norteamericano. Esta escalada verbal ha marcado un deterioro significativo en el lenguaje diplomático entre las partes.
La contradicción de Petro también ha sido evidente. Aunque anteriormente señalaba a Marco Rubio como instigador de una conspiración, en la reciente posesión del magistrado Héctor Carvajal en la Corte Constitucional el mandatario expresó que no creía que el secretario estadounidense estuviera detrás de un golpe en su contra.
Según el politólogo Manuel Camilo González, la ausencia de una figura sólida al frente de la Cancillería agrava la situación. “Es muy riesgoso un país sin canciller. El encargado de relaciones exteriores es quien traduce las prioridades del Gobierno en acciones concretas. El presidente no puede cumplir esa función, menos en medio de un conflicto diplomático con EE. UU.”, explicó González en diálogo con la prensa nacional.
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