El deterioro de las vías en Cali genera indignación creciente y pone en duda los avances prometidos por la administración local
La ciudadanía caleña ha estallado nuevamente en redes sociales, esta vez no solo por indignación, sino por la vergüenza de ver cómo las calles de su ciudad se hunden, literalmente, en huecos. La frase “pagar impuestos para caer en un cráter” se repite en múltiples plataformas, acompañada de imágenes que muestran el abandono en la infraestructura vial de la capital del Valle.
Durante décadas, distintas administraciones han prometido recuperar la malla vial. Sin embargo, los huecos persisten, crecen y se vuelven símbolos de la ineficacia de la gestión pública. A pesar de campañas como #EstamosRecuperandoaCali y promesas de convertir la ciudad en una #CaliCiudadEuropea, los resultados concretos son difíciles de evidenciar para el ciudadano común.
Los reportes de daños en vehículos, accidentes y pérdidas económicas por culpa de los huecos son cada vez más frecuentes. Mientras tanto, el discurso institucional insiste en planes de intervención que no se reflejan en la cotidianidad de quienes transitan por Cali a diario.
La desconexión entre los mensajes oficiales y la realidad del pavimento es un punto crítico para una ciudad que aspira a posicionarse como modelo urbano. Para muchos, esa aspiración suena hoy más a sarcasmo que a objetivo de gobierno.
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