La nueva versión live-action protagonizada por Rachel Zegler no cumplió expectativas ni en la crítica ni en las ventas.

La adaptación en acción real de Blancanieves ha representado uno de los mayores fracasos comerciales para Disney en la última década. Con apenas 3,5 millones de dólares recaudados en su día de preestreno y una proyección de apertura que no supera los 55 millones, la producción está muy lejos de recuperar su millonaria inversión de 240 millones de dólares.

El filme se ha visto envuelto en múltiples controversias, particularmente por las declaraciones de su protagonista, Rachel Zegler, quien fue acusada de imponer una narrativa «woke» que no fue bien recibida por muchos sectores del público. Las críticas no se hicieron esperar: 44% en Rotten Tomatoes y un 2.4 en IMDb, reflejan el rechazo tanto de la crítica como de la audiencia.

Desde su anuncio, la cinta generó opiniones divididas. Mientras que algunos valoraban el intento por modernizar un clásico, otros acusaban a Disney de traicionar la esencia del cuento original. El bajo rendimiento en taquilla parece confirmar que la estrategia no funcionó.

Algunos analistas consideran que este fracaso podría obligar a Disney a reevaluar su enfoque para futuras adaptaciones. La audiencia está cansada de mensajes forzados y busca historias auténticas que no se sientan como propaganda.