La medida del gobierno afectará a miles de familias colombianas de los sectores más vulnerables, en estratos 1 y 2, y al sector constructor poniendo en riesgo miles de empleos.
La reciente decisión del gobierno de suspender las postulaciones al programa de subsidios de vivienda Mi Casa Ya ha generado un fuerte rechazo en el sector constructor, representado por Camacol, y en miles de familias colombianas. Guillermo Herrera, presidente de Camacol, catalogó la medida como «la peor noticia económica del año».
La suspensión, comunicada a través de la circular 012 emitida por Fonvivienda el pasado 16 de diciembre, deja en incertidumbre a los hogares aspirantes al subsidio y afecta directamente a la industria de la construcción, uno de los principales motores de empleo en el país. El gobierno justificó la decisión por las dificultades fiscales que enfrenta Colombia, aunque no precisó hasta cuándo se mantendrá vigente la medida.
La medida golpea principalmente a 40.500 hogares, mayoritariamente de estratos 1, 2 y 3, quienes esperaban acceder al beneficio en 2024 y 2025. Según Herrera, estos hogares se enfrentarán a un incremento del 30 % en las cuotas mensuales debido a la eliminación de la cobertura de las tasas de interés, lo que deja a muchas familias «colgadas de la brocha y endeudadas».
El presidente de Camacol señaló que la suspensión del programa es incoherente con la promesa de reactivación económica, que, según él, «nunca se dio». Además, criticó la falta de transición en la implementación de esta medida, lo que ha generado una «incertidumbre desmedida» tanto para los hogares como para los inversionistas.
El programa Mi Casa Ya es esencial para el sector de la construcción, la industria y el comercio, tres sectores que han mostrado un bajo desempeño en los últimos años. Herrera enfatizó que el impacto territorial será profundo, afectando no solo a los hogares beneficiarios sino también al empleo y la inversión en proyectos de vivienda en todo el país.
El dirigente gremial cuestionó que el gobierno alega problemas de caja para justificar la suspensión, pero los recursos necesarios para la continuidad del programa ascienden a 128.000 millones de pesos, una cifra que Herrera considera manejable frente a las graves consecuencias sociales y económicas que implica la medida.
“En vez de reactivación, lo que ha habido son decisiones que han afectado el desempeño de ‘Mi Casa Ya’ y la economía en general”, afirmó Guillermo Herrera, presidente de Camacol.
La situación deja un panorama incierto tanto para el sector de la construcción como para las miles de familias colombianas que ven frustradas sus aspiraciones de acceder a una vivienda propia.
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