La justicia francesa impuso la máxima pena al hombre por violación agravada tras un juicio que estremeció a Francia y al mundo entero.
El tribunal de Aviñón condenó a Pelicot a 20 años de prisión por violación agravada tras drogar y violar a su esposa, Gisèle Pelicot, durante casi una década. El juicio concluyó con su confesión y la declaración de culpabilidad de al menos 20 de los 50 acusados implicados en este caso, que conmocionó a Francia.
El tribunal determinó que Pelicot deberá cumplir su condena en prisión y será incluido en el registro de delincuentes sexuales del país. Durante el juicio, el acusado pidió perdón a su esposa y familia, pero la Fiscalía sostuvo que sus crímenes no se limitaron a su pareja. “Los excesos de Pelicot afectaron a otras víctimas, y la propia Gisèle tuvo que soportar insinuaciones de complicidad”, afirmó Laure Chabaud, fiscal general de Francia.
En sus declaraciones, Pelicot expresó: “Uno no nace con una perversión, uno se vuelve pervertido. Yo era un abuelo normal, como todos los demás, hasta que me salí del camino”. Sin embargo, la acusación subrayó que el acusado manipuló a otros para cometer violaciones, aunque algunos alegaron creer que las relaciones eran consensuadas.
Las calles de Aviñón amanecieron con pancartas de apoyo a Gisèle Pelicot, agradeciéndole por su valentía. “La culpa cambió de bando”, expresó la víctima, cuyo testimonio fue clave para llevar a cabo el proceso judicial.
La Fiscalía había solicitado la pena máxima para Pelicot, detenido desde el 4 de noviembre, calificando sus actos como “escenas de barbarie”. “Veinte años es mucho tiempo, pero no es suficiente para la gravedad de los hechos”, concluyó Chabaud.
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