Adriana Patricia Lizarazo Cordero utilizó su apariencia y habilidades sociales para estafar a un centenar de personas, haciéndose pasar por funcionaria pública en remates judiciales falsos. Tras una investigación de la Fiscalía, la mujer fue capturada por apropiarse de 450 millones de pesos.
Durante ocho años, Adriana Patricia Lizarazo Cordero construyó una red de estafas que la permitió apropiarse de 450 millones de pesos. Con su habilidad para relacionarse y su apariencia de funcionaria pública, engañó a cientos de personas en diversas ciudades del país, prometiéndoles acceso exclusivo a remates judiciales de inmuebles y vehículos de alta gama a precios bajos. Sin embargo, estos remates solo existían en su mente.
Presentándose como trabajadora de entidades de prestigio como la Fiscalía General de la Nación, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Dian, Lizarazo Cordero logró ganarse la confianza de sus víctimas. A través de sus conexiones ficticias, convenció a amigos, vecinos y conocidos para que le entregaran grandes sumas de dinero con la promesa de conseguirles participaciones en remates de bienes que nunca se realizaron.
El modus operandi de la mujer era astuto: enviaba documentos como letras de cambio y contratos comerciales, todo con el objetivo de dar apariencia de legalidad a sus ofertas. Luego, les indicaba a sus víctimas que debían transferir dinero para la compra de «pines» que les permitirían participar en los remates. Una vez que recibía los pagos, desaparecía, bloqueando sus teléfonos y dejando a los inversores sin respuesta.
Según las investigaciones de la Fiscalía, Lizarazo Cordero ejecutó estas estafas entre 2016 y 2024, siendo denunciada por al menos ocho personas que cayeron en su trampa. Cada denuncia relataba un patrón similar, lo que permitió que las autoridades finalmente pudieran rastrear sus actividades fraudulentas.
Tras recopilar pruebas contundentes, la Fiscalía le imputó los delitos de estafa agravada y abuso de confianza, y solicitó una medida de aseguramiento en su contra. Considerando que Lizarazo Cordero representaba un peligro para la sociedad y que podía continuar con sus estafas, se le impuso la medida de detención en establecimiento carcelario.
Adriana Patricia Lizarazo Cordero fue detenida en las últimas horas en el municipio de Susa, Cundinamarca, por agentes de la Policía Nacional, quienes lograron capturarla después de varios meses de seguimiento.
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